Ingredientes
• 1 kilo de pan cateto (también llamado de pueblo o miga dura)• 1 kilo y medio de tomates maduros
• 4 dientes de ajo (al gusto, según nos guste más o menos picante)
• Vinagre de vino (también el gusto)
• Aceite de oliva y sal
• Huevo duro y jamón picado
Elaboración
El
pan suele dejar que se endurezca al menos un par de días, así esta más asentado
y absorberá mejor tanto el jugo del tomate, como el aceite, vinagre y si
hiciera falta un poco de agua para aligerarlo, si quedara demasiado espeso.
En
un bol grande troceamos los tomates. Si tenemos una buena batidora de baso será
más cómodo y rápido. No hace falta pelar los tomates ya que tamizaremos después
el jugo del tomate y quitaremos la piel y las pipas que no hubieran sido
trituradas. Para tamizarlos utilizaremos un chino o un colador de gran tamaño.
En
otro bol, guardamos el pan troceado lo más fino posible y no en trozos muy
grandes para que cuando se mezcle con el tomate y demás ingredientes, no sea
muy complicado su manejo.
Añadimos
el pan en el bol del tomate y ligamos, hasta que se haga una pasta previa al
salmorejo. Añadimos entonces los ajos troceados, la sal al gusto y un buen baso
de aceite (como el de un café de caña).
Mezclamos otra vez con un buen cucharon y cuando este todo, lo vamos metiendo
en la batidora de baso, dependiendo del tamaño de esta podremos hacerlo en dos
o tres tandas.
Lo
batimos bien, teniendo en cuenta que si está demasiado espeso, podemos añadir
un poco de agua, pero sin pasarnos ya que no es un gazpacho, tiene que tener la
textura de una mousse. A mí personalmente, me gusta más bien espeso.
Con
forme terminamos tandas las ponemos en una fuente y cuando está todo bien
mezclado, lo ponemos en el frigorífico, para servir frio.
Se
suele acompañar de huevo duro picado, con trozos de jamón también picado y un
chorrito de aceite de oliva virgen extra por encima, a modo de decoración.
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